Tratamiento con imanes biomagnetismo

Como profesional de la Biomagnética, Graciela Pérez Martínez ha aplicado desde el año 1997 a la fecha, todo lo aprendido de sus predecesores y maestros. Como parte de su crecimiento profesional en la práctica terapéutica, ha desarrollado un método propio basado en los conocimientos obtenidos, a los que se sumó la experiencia adquirida en las aplicaciones de tratamiento con imanes.
La resolución de numerosos casos, que representaron desafíos importantes, incrementó su habilidad en la terapéutica aplicada, en busca de la excelencia para la atención del enfermo y la optimización de los resultados. En el período 2001- 2004, comenzó a desarrollar nuevos protocolos que se diferenciaron de las antiguas prácticas que había aprendido. Se fue gestando un sistema de tratamiento, que contempló mayores detalles en las aplicaciones de imanes, siguiendo protocolos enfocados a las causas que generaban las enfermedades y sus zonas de resonancia, tomando en cuenta que el cuerpo es un sistema de redes y comunicaciones.
Revisó sus conocimientos he investigó sobre la columna vertebral y las vías reflejas, buscando el modo de aplicar imanes para una mejor conducción de la energía nerviosa, desde los nervios espinales hacia las vísceras y las articulaciones. Teniendo en clara conciencia, la comunicación entre diversas regiones del cuerpo, aparentemente desconectadas de aquéllas en las que los pacientes presentaban sus síntomas.
Por otra parte, también había notado que los tratamientos generales, en los que se utilizan imanes en contacto con las manos y los pies, son eficaces y equilibran la energía pero no producen cambios profundos en el metabolismo general. Por lo tanto, adoptando el nuevo sistema terapéutico, como un recurso importante pero limitado, son indicados como tratamiento ambulatorio y de mantenimiento para conservar la salud.
Alrededor del año 2006, comenzó a practicar un método natural para verificar la velocidad de conducción eléctrica en cada paciente, lo que le permitió evaluar cuál sería el número ideal de sesiones en cada caso. Además, le permitió elegir con mayor precisión, cuál sería la intensidad de los imanes que conviene para un determinado caso, que serán diferentes en cada persona, conociendo ciertas variables fundamentales. La prueba consiste en la observación de las reacciones neurovegetativas, es orientativa, señala qué plexos nerviosos necesitan mayor atención. La alteración de la resistencia eléctrica no es considerada patológica en sí misma pero afecta el flujo nervioso y el libre paso de la circulación sanguínea en la zona.
Los síntomas que manifiesta un paciente orientan al médico, en el diagnóstico de una enfermedad. Al decir de los grandes maestros de Medicina, la clínica es soberana, es lo más importante en el momento de indicar un tratamiento. En este sistema, un síntoma representa el “aviso” de que hay una falla en las comunicaciones de la compleja red nerviosa, que mantiene saludable al organismo. Considerando al cuerpo como una red compuesta por numerosos circuitos eléctricos, se requiere atención en varios niveles y reparación de la comunicación entre los contactos alterados. La Prueba de la Resistencia – Diagnóstico BioeléctricoAzulCamet (DBA) – informa la localización de los centros nerviosos disfuncionales. Cuando se aplican imanes en contacto con las terminales nerviosas, localizadas en las palmas de las manos, se manifiestan respuestas autónomas por el estímulo eléctrico generado por el campo magnético de los imanes. La corriente viaja por las vías periféricas y el paciente nos va indicando sensaciones tales como cambios en la temperatura de las manos, los pies, el rostro, de relajación o tensión en algunos casos, de bienestar general y otras. La localización y el tipo de respuesta guardan relación con el resto de los síntomas. El efecto eléctrico puede presentarse como calambres, adormecimiento, ardor, náusea, cefalea, mareo, flojedad, y mucho más, que cesa inmediatamente al retirar la mano del contacto con los imanes. En algunos casos, se verifican sensaciones punzantes o aumento del dolor en una región con antecedentes de fractura o con secuela de esguince, señalando un punto del trayecto del nervio donde se verifica un cambio de la resistencia eléctrica. La interpretación de las respuestas está basada en las leyes de la Neurofisiología y el conocimiento de los trayectos nerviosos.
El DBA también informa el nivel de resistividad eléctrica individual, permitiendo verificar si una persona es conductora, semi-conductora o semi-aislante de la electricidad. A los fines terapéuticos, determinar este dato, permite dar indicaciones más precisas en cuanto a la ubicación de los imanes que permanecen adheridos al cuerpo, su intensidad, la frecuencia y el tiempo óptimo para obtener resultados. Los pacientes con alta resistencia a la electricidad suelen tener una respuesta más lenta en su proceso curativo y contrariamente, los pacientes de baja resistencia eléctrica sanan rápidamente y se colocan imanes de menor fuerza para obtener mejores resultados.
 
Para más información
Graciela Pérez Martínez
Fundadora del Sistema AzulCamet ® de Biomagnetismo Integral
www.terapiabiomagnetica.com.ar

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